Irene llegó y pronto se fue, las consecuencias que se temían del huracán fueron simplemente precauciones, cierto es que Irene ha causado en la región de Nueva York al menos 3 muertes,una de ellas una mujer que llamó al servicio de emergencias cuando ya tenía el agua dentro de su coche a la altura de su cuello y que fue encontrada 8 horas después de dicha llamada, la otra muerte fue por un cortocircuito y la otra por un fuego provocado por el huracán, 3 personas han perdido su vida, varios arboles han caído fruto de los fuertes vientos y la tormenta y miles de vecinos se han quedado sin electricidad, las inundaciones han sido otro de los graves problemas surgidos a raíz de este huracán, pero todos los neoyorquinos coinciden en que fue simplemente un gran susto.
La ciudad acogía al huracán con miedo y expectación, la histeria neoyorquina llevo a los ciudadanos a prepararse para lo peor atrincherandose en casa y comprando comida y demás cosas necesarias para el fin del mundo, pero finalmente el huracán aunque trajo consigo inundaciones, cortes de luz, fuertes vientos y una estampa desoladora en una Nueva York desierta, poco a poco fue perdiendo fuerza y los vecinos salieron a la calle a observar las consecuencias esperando ver una zona más desolada, con más consecuencias, y simplemente se han encontrado con poco más que los desperfectos ocasionados por una fuerte tormenta de verano.
Gracias a Dios solo a sido eso, aunque una de las cosas positivas con las que me quedo de este infortunio es con la calma, preocupación y sobreprotección que el alcalde de la ciudad ha tratado este fenómeno y es que no es fácil dirigir una ciudad con más de 8 millones de habitantes y mucho menos desalojar a un porcentaje de estos y reubicarlo en otros puntos de la ciudad, la evacuación ha sido un éxito y probablemente gran parte de la responsabilidad de que tan solo hallan sido 3 las personas que han fallecido a sido gracias al alcalde y a su gabinete de consejeros. Un último para los taxistas, conductores de autobús, de ferry, policías, servicios de emergencias y bomberos, que han funcionado como auténticos héroes, otra vez, a un par de semanas del décimo aniversario del 11 de Septiembre me gustaría dedicarles un reconocimiento especial.
Por hoy nada más, "la ciudad que nunca duerme" hoy podrá dormir tranquila.
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